martes, 18 de mayo de 2010

EL VIADUCTO DE GAUDÍ

Cuando Gaudí se hizo cargo de la restauración de Bellesguard, planificó un conjunto de máxima armonía con el paisaje, centrándolo en la cruz, de la cual la casa es el pedestal y este viaducto un marco visual.
Lo sostienen diez columnas en forma de pata de elefante, todas diferentes, inclinadas hacia fuera y con el capitel sin solución de continuidad con el fuste.
Las bóvedas acaban en el lado opuesto en el talud natural del terreno, formando el conjunto un perfil funicular, una estructura mecánicamente perfecta que conduce el peso del viaducto al suelo sin ninguna desviación.
Y también como en el Park Güell, Gaudí no dejó los ladrillos de la obra a la vista. Recubrió las columnas y las bóvedas de ladrillo con piedra rústica del lugar.

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