miércoles, 18 de mayo de 2011

RUTA DE ESCULTURAS POR MONTJUÏC

Montjuïc, con grandes espacios abiertos ajardinados, constituye un escaparate singular de esculturas de diferentes épocas y estilos. La exposición internacional de 1929 supuso el primer gran impulso urbanizador de la montaña y, de ahí que buena parte de las esculturas que exhibe daten de aquel momento.
La escultura en los jardines públicos tiene propósitos diversos. Las 153 esculturas de Montjuïc ponen el arte al alcance de los ciudadanos y dan valor al espacio que embellecen.
Subimos por la Avda. Mª Cristina en dirección al Palau Nacional. A la izquierda, en la Plaza de l'Univers, dentro del recinto de la Fira de Barcelona, nos encontramos el Forjador, obra de Josep Llimona.
Retomamos el camino en dirección a la Font Màgica. Si nos desviamos un poco, podemos entrar en el Pabellón Mies van der Rohe, dónde se encuentra la escultura Matí de Georg Kolbe. Continuando hacia arriba por el Eje Monumental, observamos muchos ejemplos de escultura pública. Una de estas obras es una copia del Dorífor.
Arriba, en el Mirador del Palau Nacional, encontramos una Venus, una de las esculturas emblemáticas de la ciudad y la única existente en Barcelona de Arístides Maillol.
Giramos a mano izquierda dirigiéndonos a los Jardines de Laribal, en el paseo de Sta. Madrona, en cuyo interior se encuentra una de las fuentes más populares de la ciudad, la Font del Gat.
Paseando por los jardines podemos ver dos esculturas más: Estival, de Jaume Otero y La noia de la trena, de Josep Viladomat.
Salimos por la parte superior de los jardines y llegamos a la avenida Miramar. Hacia la izquierda, junto a la Fundación Joan Miró, encontramos el Jardí de las Escultures, un jardín al aire libre dónde se conserva el Manelic, la escultura más antigua ubicada en Montjuïc, junto con ocho nuevas esculturas de cariz vanguardista cómo: Agullaa, Ctonos, Paisatge y Teulada.
Estamos muy cerca de los Jardines Joan Brossa, un nuevo espacio verde en la montaña en el emplazamiento del Antiguo Parque de Atracciones de Montjuïc.
El acceso a los jardines, por la Plaza Dante, está decorado por la figura del mismo Dante, obra del italiano Cesare Zocchi.
En el interior de los jardines se conserva la mayoría de las obras que antiguamente decoraban el parque. Obras ya muy conocidas como El Pallasso, Carmen Amaya, Joaquim Blume o Charlot.
Iniciamos el ascenso al Castillo desde la Plaça de la Sardana, una de las esculturas más conocidas de la ciudad y que ha sido restaurada recientemente.
El camino de subida al Castillo es muy interesante. Justo en frente de La Sardana, se encuentra el Mirador del Alcalde, obra de Carles Buigas. No nos podemos perder el mosaico que configura el pavimento, trabajado por el pintor Joan Josep Tharrats, en piedra, metal y vidrio.
Algo más adelante, nos encontramos con una obra que rinde homenaje a la figura del Aviador Duran, representado mediante la figura de la Fama.
Una vez en el Castillo podemos bordear la construcción por el lado del mar y recorrer el Camino de Mar. Por este camino, nos detendremos a ver una obra de Valérie Bergeron, la Talla Métrica de la Natura, en el baluarte de Sant Carles.
Dentro de la fortaleza, entre los cañones de la parte superior, nos sorprende un desnudo femenino. Es el monumento dedicado a Gaspar de Portolà, primer gobernador de California, en el bicentenario de su muerte.
También en los jardines del Castillo podemos ver otra escultura, obra de Frederic Marès, el Timbaler del Bruc. Daremos un paseo de bajada en dirección al Estadio Olímpico, bordeando el Jardín Botánico. Una vez en el Anillo Olímpico, podemos admirar varias obras de estilos más vanguardistas instaladas con motivo de los Juegos del 92. Empezamos por fijarnos en el Peveter Olímpic de Ramon Bigas, que contrasta con Els genets de Pablo Gargallo que coronan la Puerta del Maratón. Desde la puerta podemos ver al otro lado de la carretera la escultura en homenaje al corredor Young-Cho Hwang.
Si decidimos entrar en el recinto olímpico, encontramos una de las obras más bien integradas en el paisaje de la plaza. Se trata de Canvi, de Aiko Miyawaki, que prepara la entrada al Palau Sant Jordi.
Salimos y continuamos el paseo por la Avenida de l'Estadi. Pasamos por delante del Jardí d'Aclimatació, junto al que se encuentra la Campana de la Paz, una escultura que nos recuerda que siempre se tienen que mantener los anhelos de paz.
Paseando nos acercamos a la Plaza de Sant Jordi, remodelada recientemente y presidida por la Font de Ceres, obra de Celdoni Foixà. Pese a la presencia de la fuente, no pierde protagonismo el Sant Jordi, desnudo y a caballo, de Josep Llimona.
Para ir finalizando la ruta, de vuelta hacia la Plaza Espanya, pasamos por delante del Poble Espanyol, dónde recientemente se ha inaugurado el Jardín de las Esculturas, un espacio verde de 3000 m2 donde se exponen 27 de las obras de la Fundación Fran Daurel.
Para acceder al jardín tendremos que entrar primero al recinto del Poble Espanyol.
No muy lejos, en el acceso al recinto de CaixaForum, vemos las últimas esculturas recomendadas. Se trata de Arbres bessons, obra de Arata Isozaki, arquitecto del Palau Sant Jordi, que trabaja el atrio en metal y vidrio, y el Gran Elefant de Miquel Barceló.

2 comentarios:

  1. Aunque están muy bien estas esculturas que has escogido, las mejores esculturas de Montjuïc están en su cementerio sin duda y no las has incluido.

    Puedes ver algunas en: http://angelesdescarnados.blogspot.com/2009/06/visita-al-cementerio-de-montjuic-10-05.html

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  2. Hola Kasawery, sin duda tienes toda la razón, y las fotos del blog que me has enviado son muy buenas.
    Realmente el cementerio de Montjuïc se ha de volver a recorrer y perderse para contemplar semejante belleza.
    Saludos!!!

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