lunes, 5 de abril de 2010

LOS JARDINES DE JOAN MARAGALL Y EL PALACETE ALBENIZ

Bordeando la parte posterior del Palacio Nacional de Monjuïc (MNAC), llegaremos a la entrada de los jardines del poeta Joan Maragall, con un ajardinamiento clásico y afrancesado, en los que encontraremos, entre parterres y estanques, un total de 32 esculturas de diferentes épocas y autores.
Destacan "Chica acostada" de Joan Rebull, "Desnudo en el estanque" de Antoni Casamor, "Ciervos" de Frederic Marès, "La Aiguadora" de Louis Sauregeau, "Dos tritones" de Josep Viladomat, "Susana en el baño" de Theophile Eugène, "Alegoría de la sardana" de Ernest Maragall, dos desnudos femeninos, uno delante del otro, llamados "Mujeres en la cascada y "Desnudo femenino" de Eulàlia Fàbregas de Sentmenat, "Serena" de Pilar Francesch, "Chica con gorro de baño" de Marifé Tey, "Mujer acostada" de Enric Monjo, y "Mujer con niña y Mujer con niño" de Luisa Granero...
En la zona de la entrada principal de los jardines, hay una gran avenida con magnolias y un largo estanque con surtidores en medio, que conduce hasta los pies de la colina que hay delante del Palacete. Encima, una plaza semicircular rodeada de cipreses y presidida por "Serena" hace de antesala de un pequeño anfiteatro.
El Palacete Albéniz, es un antiguo pavellón real que se encuentra en los jardines, y es la residencia oficial de los reyes de España durantes sus visitas a Barcelona. Fue construido en 1928 por los arquitectos Joan Moya y César Martinell para la Exposición Internacional que iba a celebrarse al año siguiente.
Es de inspiración neoclásica y en su interior destaca una pintura mural de Dalí y la colección de tapices de la Sala Goya. Las esculturas que encontramos a la entrada del Palacete, representando dos leones, proceden del Palacio de Pedralbes.
A los lados del Palacete hay plazoletas recogidas, con fuentes y lavaderos ornamentados con delfines y putti gorditos. Detrás del edificio se extiende una amplia pradera sombreada por enormes pinos. Bajo las copas, unos bancos invitan a hacer una pausa.
Al final de la pradera, una escalinata que baja hasta la avenida de Santa Madrona comunica estos jardines con los de Laribal, otra joya de la montaña de Montjuïc.
Durante la semana de las fiestas de la Mercé, hay un día de puertas abiertas en el que se puede visitar el Palacete Albéniz.



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