Curiosamente, una de las rutas menos conocidas en Barcelona es también una de las más significativas. Sobre todo, para los aficionados a la literatura y, en concreto, a uno de los escritores de mejor letra en el panorama español: Manuel Vázquez Montalbán. El escritor falleció en octubre de 2003, pero sus libros y los personajes que creó siguen presentes en ciudades como Barcelona.
Entre todos ellos, el detective Pepe Carvalho fue uno de los que creó escuela. Sus correrías por la ciudad y los lugares que el personaje (y el propio Vázquez Montalbán) frecuentaron han dado lugar a una ruta que hoy podemos seguir todos los que nos movemos por Barcelona.
Para no perderse ni un detalle del itinerario lo mejor es comenzar en la Rambla, justo a la altura de la Plaça Catalunya.
Entre todos ellos, el detective Pepe Carvalho fue uno de los que creó escuela. Sus correrías por la ciudad y los lugares que el personaje (y el propio Vázquez Montalbán) frecuentaron han dado lugar a una ruta que hoy podemos seguir todos los que nos movemos por Barcelona.
Para no perderse ni un detalle del itinerario lo mejor es comenzar en la Rambla, justo a la altura de la Plaça Catalunya.
Muy cerca, bajando la Rambla a la derecha, se llega al Mercat de la Boqueria. La Boqueria fue una constante en las andanzas del detective Pepe Carvalho, ya que tanto el personaje en la ficción como Vázquez Montalbán en la realidad, eran unos asiduos del bar Pinocho. El establecimiento todavía se encuentra dentro del mercado y, aparte de la fama que le han reportado los libros del escritor, su numerosa clientela está más que justificada.
Para seguir el itinerario hay que continuar por la Rambla, pero justo en su margen izquierdo. Después de pasar la calle Ferran unos arcos anuncian la entrada de la Plaça Reial. Es el lugar perfecto para los que buscan la mezcla de ambientes, ya que tanto por el día como por la noche, el público de la plaza es de lo más heterogéneo. El bar Glaciar, uno de los muchos que se encuentran bajo los típicos porches de la plaza, también apareció en las entregas de Montalbán y también hoy es uno de los clásicos bares en los que tomar la primera copa... o alargar la noche.
Desde aquí, en dirección a Via Laietana, es muy fácil entrar en el barrio de la Ribera. Igual que el Raval, su transformación urbanística y cultural en los últimos años ha sido muy llamativa. Entre los diferentes espacios que se pueden visitar, el Espai Brossa es uno de los más adecuados para los que busquen una de las carteleras teatrales más alternativas de la ciudad.
Las aventuras de Pepe Carvalho se desarrollaban, entre otros lugares, en el barrio del Raval. Hasta el mismo Carvalho, al que nada parecía sorprenderle, miraría el barrio con otros ojos al ver cómo ha evolucionado en los últimos años. Es uno de los mejores ejemplos de la mezcla étnica, racial y cultural de Barcelona, donde parece que tiene cabida todo tipo de público. Se extiende a la derecha de la Rambla y la calle Pintor Fortuny, en la que hace esquina el hotel Le Meridien, puede ser un buen punto de partida.
La ruta acaba en el restaurante Casa Leopoldo, en la calle Sant Rafael, número 23. Sin duda, es el lugar más representativo de las correrías de Carvalho y son muchos los que se acercan al lugar tan sólo para verlo en persona después de haberlo imaginado en las novelas de Montalbán. Al Casa Leopoldo no le ha hecho falta el reconocimiento de guías gastronómicas (que también lo tiene) para hacerse un hueco entre los mejores restaurantes de la ciudad.
Para seguir el itinerario hay que continuar por la Rambla, pero justo en su margen izquierdo. Después de pasar la calle Ferran unos arcos anuncian la entrada de la Plaça Reial. Es el lugar perfecto para los que buscan la mezcla de ambientes, ya que tanto por el día como por la noche, el público de la plaza es de lo más heterogéneo. El bar Glaciar, uno de los muchos que se encuentran bajo los típicos porches de la plaza, también apareció en las entregas de Montalbán y también hoy es uno de los clásicos bares en los que tomar la primera copa... o alargar la noche.
Desde aquí, en dirección a Via Laietana, es muy fácil entrar en el barrio de la Ribera. Igual que el Raval, su transformación urbanística y cultural en los últimos años ha sido muy llamativa. Entre los diferentes espacios que se pueden visitar, el Espai Brossa es uno de los más adecuados para los que busquen una de las carteleras teatrales más alternativas de la ciudad.
Las aventuras de Pepe Carvalho se desarrollaban, entre otros lugares, en el barrio del Raval. Hasta el mismo Carvalho, al que nada parecía sorprenderle, miraría el barrio con otros ojos al ver cómo ha evolucionado en los últimos años. Es uno de los mejores ejemplos de la mezcla étnica, racial y cultural de Barcelona, donde parece que tiene cabida todo tipo de público. Se extiende a la derecha de la Rambla y la calle Pintor Fortuny, en la que hace esquina el hotel Le Meridien, puede ser un buen punto de partida.
La ruta acaba en el restaurante Casa Leopoldo, en la calle Sant Rafael, número 23. Sin duda, es el lugar más representativo de las correrías de Carvalho y son muchos los que se acercan al lugar tan sólo para verlo en persona después de haberlo imaginado en las novelas de Montalbán. Al Casa Leopoldo no le ha hecho falta el reconocimiento de guías gastronómicas (que también lo tiene) para hacerse un hueco entre los mejores restaurantes de la ciudad.
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